En la década del noventa, Madonna fue un icono de la evolución de estilo. No sólo a nivel musical, pasando del pop a la música electrónica y hasta experimentaciones con el hip hop. Madonna es un referente de la transformación capilar. Por eso la citamos en nuestro primer post en el blog de “Amor mío”.
Desde la joven rebelde de “Buscando a Susana” y la sensualidad naif de “Like a Virgin” en los principios de los ochenta con reflejos y pelo ondulado a la admiración nada disimulada por Marilyn Monroe finalizando esa década con la melena corta platinada. Luego vimos varios looks que nos dejaron perplejos, morena, pelirroja, con moño tirante en su gira Blonde Ambition vestida por Jean Paul Gaultier, su lado rubio ondeado, más reflexivo y espiritual a fines de los noventa con “Ray of light” y hasta el estilo ondeado emulando a la desaparecida actriz Farrah Fawcett. Madonna ha demostrado que su pelo es testigo de sus circunstancias personales. Todos sus cambios de piel, su evolución como persona y como artista los ha mostrado desde su imagen capilar. La etapa rebelde e inconformista la ha expresado con los reflejos de “Into the Groove”, quizá
para mostrar las épocas en las que esa oriunda de Michigan sobrevivía en Nueva York comiendo chocolate. Su interés por ser tomada en serio la llevó a platinar su pelo y mostrar mucho maquillaje, un cuidado de imagen al estilo mujer de los cincuenta, y justamente esa época Madonna vivía un matrimonio apasionado con el actor Sean Penn.
Y si hay un cliché en considerar a la rubia tonta, Madonna quiso ser una morocha pecadora y en su siguiente álbum “Like a prayer” de 1989 mostró un negro azabache y logró ser censurada por el mismo Vaticano. Pero en comienzos de la década del noventa quiso ser más sexy y provocadora y publica el libro “Sex”, casi al mismo tiempo de su disco “Erotica” vuelve a la rubia platinada, con toques de gomina para mostrar en videos como “Deeper, deeper” esa mujer mundana, que disfruta las fiestas y el glamour de Hollywood. A los dos años, en 1994 publica el disco “Bedtime stories”, donde la vemos rubia platinada pero con el cabello más crecido y comienza a estar en pareja con el entrenador de fitness Carlos León y en 1996 nace su hija Lourdes, que muestra nuevamente una transformación musical y capilar en ella. Los noventa es la década también que convence a Alan Parker de ser Evita así que la diva del pop debe mucho a ese rubio que la llevó a brillar y al éxito. La etapa de mujer casada y enamorada de Guy Ritchie, el director de cine británico la hace repetir maternidad en el 2000, naciendo su hijo Rocco y ya su rubio es más sosegado, algo ondeado, con menos ornamentos. Luego viene el divorcio, deja de vivir en Londres, vuelve a Nueva York, hoy dicen que vive en Lisboa, Portugal y en el interín adopta a cuatro niños de Malaui, crea la ong “Raising Malawi” además de escribir varios libros para niños. En sus últimos discos, sigue dominando la rubia, con algunas mechas de color fucsia en algunos videos, algunas raíces oscuras dejadas especialmente para demostrar que a pesar de ser madre de seis hijos y una filántropa inspiradora, ella sigue siendo la chica rebelde con varias causas de Michigan y la ex esposa de dos chicos duros como Sean Penn y Guy Ritchie.
Con casi sesenta años de vida, Madonna demuestra de su particular estilo lúdico. Los pelirrojos, los tonos morenos, cobrizos son sólo juegos transitorios para explicar lo que le sucede en ese momento. Pero hace unos años, viene dejando claro que le encanta ser rubia, con algunos reflejos cobrizos a veces, con más iluminación platinada otras, pero le encanta demostrar que las rubias no tienen nada de tontas. En Amor mío, les proponemos a las clientes que busquen tener algo de ese espíritu Madonna por un día. Si nunca lo han hecho, pueden animarse a investigar con un cambio de color, de corte, de flequillo. Tu esencia la llevas en tu interior y tu exterior expone tu alma y tu corazón. Como Madonna, las mujeres que vienen a Amor mío saben que no tienen que seguir las expectativas de nadie para ser felices, dicen lo que piensan, aman sin impedimentos, piensan que la belleza sólo se ve en el exterior si la trabajan por dentro. Saben que son mucho más que mujeres que cuidan su estilo exterior. Y seguirán siendo aunque decidan no hacer nada más en la vida. Dios salve a la diosa Madonna y a todas las mujeres que se atreven cada día a reinventarse por dentro y por fuera.
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